miércoles, julio 20, 2005

Los bárbaros se van en febrero

Texto escrito en abril de 2000. Publicado en El ojo de Adrián No. 2.



Los bárbaros terminaron de irse hoy. No se llevaron más que su sombra.
Cuando llegaron éramos pobres; ahora también. Nada ha cambiado, ni siquiera la sonrisa confiada del Alcalde. No hay una silla más, un florero de menos. No rompieron nada ni construyeron nada. No violaron a nuestras mujeres.
Llegaron un 29 de febrero; hoy, 29 de febrero, han terminado de irse.
Si vuelven no será antes de cuatro años; los bárbaros sólo llegan en año bisiesto. Ahora deberán vagar cuatro años antes de llegar a ninguna parte.
¿Por qué vagarán durante tanto tiempo, si pudieron quedarse?, preguntan los más jóvenes.
Para purificar su alma, contestan los sacerdotes. Para llegar más lejos, dicen los científicos. Para que valga la pena, dicen los que en otro lugar serían descubridores de ríos y exploradores de desiertos. (Aquí sólo son gente.)
No dejaron nada, ni siquiera sus huellas. Diez de entre los más fuertes y valientes cerraban la marcha y caminaban de espaldas a las legiones, emparejaban la tierra con los pies, con movimientos complejos y sincronizados, como si bailaran.
Ahora somos libres y nadie sueña.

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